EL VENDAVAL DE LA NOCHE

Puede que esta sea la sensación que sientan las almas perdidas durante la tormenta... aunque, claro, cada alma cuenta su versión, y cada vez la cuenta diferente según el momento de su vida... esta es la mía. Ahora.

 EL VENDAVAL DE LA NOCHE
Serpentea bajo la clarividencia de la luna. Repta, sigilosa, a atrapar mis pies descalzos, para inocular en mí el veneno de tu magia. Corretea, pícaro, entre los incontables recovecos de las raíces aéreas. Intenta vislumbrar el brillo argénteo de la hoja débil de mi espada a través de los rayos siniestros y bellos de la luna, y yo intentaré vislumbrar tus matemáticas terribles, que algún ojo aciago debió trazar en los albores de la humanidad. Las ramas de los árboles diluvian en el claro, y hojas de pino alacranean con un perfume mortal mi cara, un perfume de tierra, pino y rosas. El viento arrastra todo, mientras intento cubrirme con mi alma devastada. Me rindo a ti, oh, poderoso, vendaval de la noche.

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