Los reyes magos allanadores de Oriente

Este texto no necesita explicaciones... feliz Día de Reyes :), para los niños y los que llevan a un niño dentro.
Los reyes magos allanadores de Oriente
-Se da inicio al juicio por motivo de allanamiento de morada. Entre el demandante, José Luis Gutiérrez Mata, y los acusados, los Reyes Magos de Oriente, Sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar. Proceda a comenzar el interrogatorio el abogado demandante, Pablo Getonni.
-Con su permiso, mi señoría, llamo a declarar a mi primer testigo, que es el demandante, el señor Gutiérrez.
José Luis Gutiérrez se levantó muy serio y solemne y caminó gravemente hacia el estrado, donde se sentó con una pulcritud ridícula. Tras jurar sobre la Biblia con una voz forzada de barítono, comenzó a declarar:
-Verán, yo estaba la noche de Reyes durmiendo tranquilamente cuando me desperté para tomar un vaso de agua. Con bata y pantuflas estaba yo yendo hacia la cocina, cuando de repente en el salón vi a los acusados, saqueando mis reservas de polvorones y dándole a la botella de tinto, mientras los camellos sorbían clandestinamente boles de agua cogidos de mi cocina. Al verles, grité, y al gritar yo, gritaron ellos...
-Gritamos todos-confirmó Baltasar.
-Cállese-replicó seco el juez, dando un mazazo, para dirigirse de nuevo al testigo- Prosiga.
-Y, en medio del griterío general, no solo me llevé yo una sorpresa, sino que además los camellos me ensuciaron la alfombra. Les pedí explicaciones de qué demonios estaban haciendo en mi salón, y dijeron que estaban dejando regalos, a lo que yo les respondí si vaciarme la despensa también era un regalo, a lo que rebatieron con el pobre argumento de que es tradición en esa noche. Fui a llamar a la policía, y ellos intentaron irse agitando la varita, pero...
-Los Reyes Magos no tienen varita-interrumpió el juez, curioso.
-¡Claro que la tienen! Son magos de verdad, tienen varitas, no barajas de cartas. En fin, que yo, antes de que hiciesen ningún conjuro para largarse, me enzarcé en una pelea con ellos para evitar que se fuesen, en la que llamé a mi mujer y a mis tres hijos para ayudar, y tras un rato muy ruidoso les rompimos las varitas, y atamos a los Reyes y a sus camellos de pies y manos, además de amordazarles. En aquel momento yo llamé a la policía, que vino y les metió a todos en el calabozo, para inmediatamente después someterles a juicio, como ahora mismo está sucediendo.
-¿Por qué se creyó en derecho de vapulear y amordazar tan vilmente a Sus Majestades?-inquirió acusadoramente la defensa, el abogado Abdullah Chien-Pong.
-Porque me estaban asaltando la casa en mitad de la noche. No podía consentirlo. En otras casas se lo dejan a tiro y ellos pueden comer lo que quieran, pero en la mía no, y es una tremenda falta de respeto allanarme la morada así sin que yo dé señales de quererlo.
-Pero ellos no lo sabían, van haciendo las rondas por las casas.
-¡Protesto!-se alzó Pablo Getonni.
-Permiso concedido.
-Si ellos no lo sabían, ¿cómo pudo ser que rebuscaron en la cocina para encontrar los dulces y el alcohol de mi cliente?
-Uno de los hijos había pedido regalos en secreto, y les dio permiso para coger todo lo que quisiesen. Así lo pone en esta carta, su señoría, que me he ocupado de traer al juzgado: 'Queridos Reyes Magos: este año me he portado muy muy bien, así que quiero un excallectric,', hum, esto está mal escrito, ' superpoderes y una Play Station 5, que no ha salido todavía, pero como sois Magos, seguro que me la traéis. En mi casa no sois bien recibidos, pero podéis coger todo lo que queráis, que yo diré que me lo he comido yo. Saludos, Jorge.'. Así pues, Sus Majestades y el hijo habían tramado un pacto por el cual podían comer todo lo que quisiesen a cambio de los regalos.
-Entonces, ¿dónde están los regalos?
-Mis clientes no pudieron encontrar ni la Play Station 5 ni el scalextric, pero le iban a dar una manzana que daba superpoderes al comérsela.
-¡Protesto! Es antinatural y surrealista. ¡Los Reyes Magos, además de allanadores, son unos estafadores! Muchos niños piden regalos con toda su ilusión, y ellos, ¿qué hacen? Saquean todos los polvorones y las botellas de vino y luego les dejan una nota diciendo que no cabía su regalo en el camello. Que yo sepa, Sus Majestades son las que van montadas en los camellos, así pues, ¿dónde llevan los regalos, eh? Esto es una conspiración para hartarse de vino y dulces a costa del vulgo ingenuo.
-Mis clientes llevan los regalos en un sitio que no podemos revelar por cuestiones de confidencialidad, los camellos como medio de transporte regalil solo son una tapadera para encubrir el verdadero método.
-¿Y cuál es, eh? Seguro que antes de los polvorones y el vino saquean  las Toysrus y Dideco que haya cerca.
-No podemos revelarlo.
-¡Protesto! El transporte de los regalos es muy sospechoso.
-¡Protesta denegada! Como empresa, los Reyes Magos tienen derecho a secreto de oficio-dijo el juez, dando un mazazo.
-Sospecho que aquí se está produciendo un soborno...-dejó caer Pablo Getonni, atusándose inocentemente el bigote.
-¿Que está usted diciendo?
-¡Se ha dejado usted vender!-le señaló agresivamente Getonni.
-¡No...! ¡Sí...! Esto, ¡no...!
-Estos jueces de hoy en día no son fiables. Mejor sería poner un crío-gritó alguien de entre el público.
-¿Quién ha dicho eso?-exclamó el juez, afluyéndole la sangre a la cara de la ira.
-¡Sí! La justicia en España está como la honradez política, por los suelos-gritó otra voz.
-¡Basta! ¡Basta! ¡Silencio en la sala!-comenzó a dar mazazos compulsivamente el juez- ¡Silenciooo!
El silencio, efectiviwonder, se hizo.
-Vamos a ver-jadeó el juez secándose el sudor de la sien con su pañuelo bordado-Todo esto resulta muy sospechoso. Dado que ya hemos profundizado bastante en el caso, ¿tiene la defensa algo que añadir?
-Muchos niños esperan sus regalos económicamente asequibles por todo el mundo-dijo melodramáticamente Abdullah Chien-Pong-El señor Gutiérrez, con su deleznable actitud, ha causado sin duda la desgracia de muchos niños. Eso es todo lo que tengo que decir.
-¡Oh! ¡Oh! Que delibere el juzgado.
-A ver, ya venimos deliberando desde hace ya rato-contestó elocuentemente su representante- Los acusados son culpables de allanamiento de morada, pero la tradición es precisamente que allanen casas por todo el mundo: así pues, el pueblo les excusa de sus excesos. Además, muchos niños todavía necesitan su regalo... es necesario, para preservar la felicidad de la más temprana juventud, declararles inocentes.
-¿Y quién va a pagar la tintorería? Mi casa huele a rayos-protestó José Luis Gutiérrez.
-Calle, pollo, calle-silbó el juez con un mazazo-Los acusados, pues, quedan libres de todo cargo, salgan por ahí a seguir saqueando casas y a repartir alegría y jolgorio.-dio otro fuerte mazazo-Se levanta la sesión.
Así pues, todo quedó resuelto, unos fueron a la tintorería y volvieron con la cartera vacía, y otros fueron a Oriente, para comenzar una nueva ronda de repartir regalos. Oriente, así, sin más, no creo que nadie se interese por dónde viven de verdad, es decir, los niños ponen 'A Baltasar', 'A Gaspar', 'A Melchor', y nunca ponen dirección... ¿lo sabrán los carteros? Es igual. Ya ha habido bastantes explicaciones por hoy, feliz Día de Reyes.

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