Metaficción banal

Estoy realmente frustrado con no haber publicado nada en semanas, así que te ruego encarecidamente que me des ideas en los comentarios sobre qué podría escribir la próxima vez, porque, en serio, hace unas semanas que tengo la sesera seca :(.
Metaficción banal
El escritor se sentó frente al ordenador sin saber qué escribir. ¡Desgraciada suerte la suya! Tenía que publicar en su blog, pues no lo había hecho en un mes, y las visitas empezaban a descender peligrosamente.
-Bueno, tanto como descender no pueden-murmuraba mientras examinaba el contador de visitas-, es que ya están en cero.
¿Que podría escribir aquel domingo? No lo sabía, sinceramente. Además, debía hacer otras cosas: un trabajo de literatura universal le esperaba, y una subida de nota de inglés también. Por otra parte hacía una tarde preciosa y sería un desperdicio echarla a perder esperando en vano a las musas.
-¿Qué hago? ¿Qué hago?-se mordía la uña del pulgar.
La metaficción, desde luego, estaba muy gastada. Últimamente sólo escribía sobre escritores que no podían escribir, y esto estaba empezando a tomar un matiz preocupante.
-'El escritor se sentó frente al ordenador sin saber qué escribir'...
Examinó la primera línea de su escrito. Estaba mal. Muy mal. El escritor se lamentó por su incompetencia y miró por la ventana de nuevo. ¿En serio le merecía la pena desaprovechar ese día? Pero, caramba, es que tenía que darle a su público algo, que no tenía noticia suya en meses. De repente se iluminó:
-¿A alguien le importa que yo escriba o no algo en el blog?
Miró las visitas. 0. Aunque la verdad, a fuerza de no publicar en un mes, ¡se lo había ganado! ¡¡Debía publicar algo, caramba!! Que no fuese metaficción, es decir, un tostonazo. ¿Qué publicar? ¿Qué publicar? Ni idea, pero algo tenía que hacer. Ya.
'El escritor se sentó frente al ordenador sin saber qué escribir. ¡Desgraciada suerte la suya! Tenía que publicar en su blog, pues no lo había hecho en un mes, y las visitas empezaban a descender peligrosamente.
-Bueno, tanto como descender no pueden-murmuraba mientras examinaba el contador de visitas-, es que ya están en cero.
¿Que podría escribir aquel domingo? No lo sabía, sinceramente. Además, debía hacer otras cosas: un trabajo de literatura universal le esperaba, y una subida de nota de inglés también. Por otra parte hacía una tarde preciosa y sería un desperdicio echarla a perder esperando en vano a las musas.
-¿Qué hago? ¿Qué hago?-se mordía la uña del pulgar.
La metaficción, desde luego, estaba muy gastada. Últimamente sólo escribía sobre escritores que no podían escribir, y esto estaba empezando a tomar un matiz preocupante.
-'El escritor se sentó frente al ordenador sin saber qué escribir'...
Examinó la primera línea de su escrito. Estaba mal. Muy mal. El escritor se lamentó por su incompetencia y miró por la ventana de nuevo. ¿En serio le merecía la pena desaprovechar ese día? Pero, caramba, es que tenía que darle a su público algo, que no tenía noticia suya en meses. De repente se iluminó:
-¿A alguien le importa que yo escriba o no algo en el blog?
Miró las visitas. 0. Aunque la verdad, a fuerza de no publicar en un mes, ¡se lo había ganado! ¡¡Debía publicar algo, caramba!! Que no fuese metaficción, es decir, un tostonazo. ¿Qué publicar? ¿Qué publicar? Ni idea, pero algo tenía que hacer. Ya.'
El escritor observó su texto, pensativo, dedo doblado sobre mentón, ojos entrecerrados, mordiéndose el labio inferior.
-This seems good.
No. En realidad no. Pero estaba bien publicar algo. Últimamente su cabeza estaba colmada solo con un proyecto que anulaba cualquier otro, y eso tendría que cambiar. Pero le dio al botón de publicar y se desentendió ya del tema. Después de todo, tenía un trabajo de literatura y otro de inglés que entregar.

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