Ladrones (Acertijo #4)

Para conmemorar la publicación del primer acertijo hace exactamente un año, ahí va uno inspirado en la misma persona (recuerdos para ella si llega a leer esto). La dificultad está bajada un poco respecto al acertijo original. Para resolver este acertijo lógico, no hay que poseer conocimientos previos. La respuesta es una combinación de una caja fuerte, de modo que el texto lo que hace es encriptar esos números y el trabajo del lector es averiguar dónde están. Recomiendo tener lápiz y papel para anotar porque, como veréis, este acertijo puede llegar a ponerse realmente confuso. Mucha suerte a quien intente esto en serio... recuerda que el acertijo puede ser muy difícil, pero siempre me aseguro de dejar una grieta para que sea posible resolverlo. ¡Encuentra la grieta!
Ladrones
Dos ladrones entraron en la antesala a la cámara acorazada de un banco y vieron que, en lugar de la gran puerta blindada acostumbrada, había un cuento enmarcado en la pared. Los guardias de seguridad no tardarían en darse cuenta de que habían entrado, así que comenzaron a leerlo:

Era la hora de cenar y el pequeño Timmy le preguntó a su padre si había comprado el pan.
-Hijo, el señor Kinoharo no me ha dado el sueldo de hoy. Por lo visto está teniendo una crisis existencial y nerviosa, se ha subido de un salto a la mesa moviendo los brazos como alas de pato y me ha gritado: La dragona está enfurecida con sus huevos, señor Kinsley  porque desde dentro del cascarón han exclamado: Si no fueras tan tonta y miserable tendrías un marido que te diría: Cariño, te quiero mucho, hoy el Duende Maestro me ha dado un recado para ti en el trabajo diciendo, no sé por qué, a ver si puedes averiguar qué significa: Ha sollozado mi ama de llaves diciendo que ya no la quieres, entre lágrimas ha aullado: Los ojos llevan al mar, querido señor, y el capitán del barco, tras poner el ojo en su catalejo, ha dicho:  Ricardinho, hoy hace un día fantástico para navegar, a lo que Ricardinho respondió, muy sonriente, Sí, el sol brilla en lo más alto, aunque tiene usted que saber usted acerca de una historia en la que una bella dama le decía a su marido: ¡Oh, Charles, Charles, por qué has tenido que hackearme el móvil para verme desnuda, cuando puedes gozar de mi vista en directo!, y su marido la respondía, amada Ana, es que si no, la esponja no se zambulle en la alegría, verás, esto me remite a una cosa que le contó mi amigo Paco a su amigo Cimbronio: Querido Cimbronio, cuenta la leyenda que hace mucho tiempo una hermosa chica llamada Raquel se me acercó y decidió confesarme su amor.
 Y yo, Ana, no tuve sino el impulso de impregnarme de ese aroma de historia extraña de amor, que, por cierto, continuaba, y es que, Cimbronio, Raquel es una chica fantástica y quiero estar con ella el resto de días de mi vida, bueno, ya me entiendes, hasta que no llegue otra que esté más buena, por lo visto, esta afirmación le hizo darse cuenta al señor Kinoharo de que su mujer le había estado engañando durante años con su mejor amigo el señor Kokoroho, que estaba anonadado ya que el capitán le contestó a Ricardinho hurañamente que no le interesaban los cuentos de hadas, que eso era una patraña absurda fabricada exclusivamente para los niños,  no sé que puede significar, cariño, ya sabes que ese viejo duende es del todo impredecible y saber lo que le pasa por la cabeza es más difícil que hacer un triple mortal al tropezar, pero como eres tan imbécil te quedarás sola y solterona, mamá, para todos los años de dragona que te quedan, no le parece a usted esto un completo disparate, señor Kinsley, y, señor, yo amaba muchísimo al capitán de barco y me ha decepcionado leer eso de él, porque él era un hombre muy poético y muy aguerrido, lo que le hubiera hecho, pero como era fantástico, recurrí a esa dragona que vive a dos portales, cada día comprendo menos a esta mujer, por qué no se podrá dedicar a hacer sus quehaceres y punto, Jesús, soy un duende importante, no necesito complicarme la vida, pero Cimbronio, ahora realmente yo siento que me gusta y que debo confesarle mis sentimientos, ¡no, no digas nada!, total, eres retrasado, ¡pero eso no es motivo para violar mi intimidad, querido Charles, que a veces eres menos listo que un pedazo de mantequilla!, y, creo que todas estas historias no tienen ningún sentido, pequeño Timmy, no hay que intentar buscárselo, yo por lo menos paso, es simplemente que el señor Kinoharo debió de descubrir a través de ellas que la vida no tiene sentido y por ello tomó la sana decisión de suicidarse.

Uno de los ladrones iba a pegarse un tiro pero falló y la bala pulsó un botón que abrió una sala secreta en la que estaba la caja fuerte de verdad. Se accionaba con doce dígitos. ¿Cuáles son?

Estado del acertijo: resuelto

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